Según la Biblia y las tradiciones hebraicas (orales y escritas), los
hebreos fueron originarios de Mesopotamia. Eran nómadas, vivían en tiendas,
poseían manadas de cabras y ovejas, utilizando asnos, mulas y camellos como
portadores. Siguiendo a Abraham, los hebreos emigraron hacia Canaán, la tierra
prometida por Dios a los descendientes del primer patriarca. Varias tablillas
descubiertas en Mari certifican frecuentes migraciones a través del Creciente
Fértil.
La tradicional fuente de referencia para los hebreos es la Biblia,
cuyo contenido también se encuentra en las escrituras hebreas de la Torá. Según
estas fuentes los hebreos constituyen el grupo monoteísta inicial, que es
descendiente de los patriarcas posdiluvianos Abraham, Isaac, y Jacob. Según la historia y las tradiciones judía y
cristiana, la formación del pueblo hebreo tiene lugar durante el segundo
milenio antes de la Era Común, posiblemente alrededor de 1800 a.E.C.10 Si bien
existen ciertas dificultades para determinar la ubicación precisa de los
primeros en hebreos en la historia, ello se debe en gran parte a que la
tradición de ese grupo humano fue ante todo oral y no escrita. Y no solo fue la
tradición oral en sus inicios sino que además lo fue durante muchos siglos.11
El que las tradiciones y cultura de los hebreos, así como también sus
conocimientos y percepción del mundo, hayan sido inicialmente transmitidas de
modo verbal y de generación en generación ha dado lugar a lo que hoy pueden
parecernos ser inconsistencias en la subsecuente tradición escrita.
Se dedicaron a la agricultura y la ganadería. El cultivo característico
era el olivo y la vid, también obtuvieron legumbres y lentejas. El pastoreo de
ovejas, bueyes, cabras, caballos y camellos acompañaba la actividad agrícola.
También trabajaron cerámica y confeccionaron numerosos tejidos de lana y lino,
lo más importante de su actividad económica fue el comercio.
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